Psiquiátrico Barrow Gurney

El hospital psiquiátrico fue uno de los pioneros en implantar terapias como el electroshock. Contaba con numerosas instalaciones para los pacientes incluyendo lugares residenciales.

Frente de Somosierra

Nos acercamos a un paraje en el que se vivió una de las primeras batallas de la Guerra Civil.Recorremos el frente en busca de bunkers, trincheras y cualquier vestigio que pueda quedar.

Château Noisy

Este impresionante palacio construido por una familia noble francesa, yace hoy totalmente olvidado. Nadie recorre sus innumerables estancias ni sube por su impresionante escalinata.

Preventorio abandonado

Interminables pasillos y terrazas recorren este inmenso edificio donde antiguamente se suministraban tratamientos contra la tuberculosis a niños y adultos.

Valdegrulla

Valdegrulla es uno de los innumerables ejemplos de despoblación de nuestra península. Abandonado en 1997 dejá atras una interesante historia y un gran ejemplo de arquitectura popular.

19 de abril de 2012

Retorno al preventorio abandonado

Hace aproximadamente un mes volvimos a visitar este abandono junto a Txutxi, Viajero Asturiano, Rubén, Set, Blanca, César y Edu. Pasamos un buen rato y además exploramos algunas zonas que no conocíamos de este gran edificio. Dedicamos este reportaje a esos lugares.


Antes de pasar a la parte no explorada del edificio,fue triste ver que desde nuestra última visita el lugar se ha deteriorado más por el vandalismo y el paso del tiempo. Actualmente la planta baja está ennegracida por un incendio, probablemente provocado para quemar cobre. En el exterior incluso alguien cavó una zanja para sacar los cables que iban desde el transformador al edificio principal. También hace tiempo que desapareció la alambrada que rodeaba el recinto...

Al entrar tuvimos la ocasión de ver de cerca la piscina.


Después de recorrer el edificio y ver cómo había empeorado su estado, nos dirigimos a los sótanos, que todavía no conocíamos. Lo primero que encontramos fue este extraño artilugio. En una habitación cercana había otro igual, pero destrozado.


En los sótanos había muchas salas grandes donde se realizaban actividades en grupo, como gimnasios, salas de juegos, salones de actos, etc.



Un programa de actividades de hace más de 20 años...




 

También encontramos una pintada muy habitual en estos lugares. Siempre hay quien quiere dar el toque siniestro.


Para acabar de explorar el lugar fuimos a la otra zona que todavía no habíamos visitado por completo: el último piso. Pudimos recorrer las zonas abuhardilladas, donde encontramos una curiosa maqueta de un castillo totalmente destrozada.




Así finaliza nuestra última visita a este lugar tan maltratado, pero en el que siempre encontramos nuevos detalles. Una vez más queremos dar las gracias a todos los que nos acompañaron, y esperamos volver a verlos pronto.

Para ver el reportaje de nuestra primera visita al preventorio abandonado, pulsa aquí.

4 de abril de 2012

Las viejas yeseras

De nuevo hablaremos de un oficio que se ha perdido con el paso del tiempo. Se trata de las yeseras artesanales. Para el reportaje hemos visitado cuatro yeseras en la provincia de Valladolid que funcionaron hasta mediados del pasado siglo.



El yeso se lleva utilizando como material de construcción desde el Neolítico, ya fuera para unir piezas de mampostería, revestir muros o sellar juntas. Desde entonces el proceso básico para la obtención del yeso es el mismo, y se ha ido perfeccionando con el paso de los siglos. Básicamente consiste en extraer el mineral, cocerlo para que se deshidrate y finalmente molerlo. Además de para la construcción, el yeso se ha utilizado como fertilizante para los campos, remedación de suelos (eliminación de metales pesados), fabricación de ácido sulfúrico, etc.

La base de todo el proceso es el aljez, el mineral de yeso crudo que se encuentra en la naturaleza. El aljez es sulfato de calcio hidratado (CaSO4 + 2H2O), y para obtener yeso lo que se hace es eliminar el agua que contiene mediante la cocción.Se trata de un mineral facilmente reconocible por su color blanquecino y su transparencia, pero en realidad puede ser de muchos colores, incluso llegando a encontrarse aljez negro. También es muy característica su forma de punta de flecha.


  Los terrenos de los que se extrae el mineral son las yeseras o yesares. El término yesera también hace referencia al lugar en el que se cocía el aljez para obtener yeso, y frecuentemente los hornos se encontraban junto a los yacimientos.


El primer paso en la producción del yeso es la extracción del aljez. Los estratos de aljez pueden encontrarse a bastante profundidad, y el método para llegar hasta ellos no era otro que cavar con picos y palas hasta dar con la veta. En algunas yeseras en las que había que retirar mucha tierra para llegar a la veta se montaron raíles con vagonetas tiradas por burros para facilitar el desalojo. Una vez descubierta la veta ésta se podía extraer a pico y pala o con explosivos, dependiendo de su espesor. Las yeseras que nosotros visitamos tienen vetas pequeñas, pero pueden alcanzar más de 20 metros de espesor. Una vez que el aljez era extraido, se transportaba en carros tirados por burros o bueyes hasta los hornos.

Los hornos muchas veces aprovechavan la pendiente del terreno, en la que se enterraban. Normalmente tenían unos 3 metros de altura, y unas paredes de más de medio metro de espesor. La planta era circular o de herradura, y en algunos casos estaban cubiertos por un tejado para protegerlos de la lluvia y facilitar la labor de los operarios, que pasaban largas horas allí. El horno se cargaba con el aljez, y allí se cocía alrededor de 24 horas. Durante ese tiempo era necesario añadir combustible constantemente, y lo más frecuente era utilizar madera de encina. También era fundamental vigilar que no hubiera demasiado fuego dentro del horno, y la temperatura se regulaba tapando la parte superior del horno con piedras y tierra o destapándolo. Finalizada la cocción, se dejaba reposar el yeso de 12 a 24 horas, se sacaba la ceniza y finalmente se sacaban las piedras ya cocidas de aljez. Aunque la cocción no era uniforme, un horno de tamaño medio podía producir más de 30 toneladas de yeso.

El paso final del proceso era moler las piedras de aljez. Primero se machacaban hasta dejar fragmentos menores de 7 cm, y después esos fragmentos se molían para obtener el yeso en polvo de la calidad deseada.

La primera yesera que visitamos no tenía hornos, y la excavación era a cielo abierto. Nos llamó la atención el tamaño del lugar, ya que la cantidad de tierra que se había removido con los limitados medios de la época es considerable.


También era curiosa la sensación de "paisaje lunar" del lugar, en zonas donde no hay nada de vegetación.


En nuestro siguiente destino encontramos una yesera con hornos. Antes de acercarnos nos llamó la atención el color grisáceo del suelo...


Mirando más de cerca encontramos restos de madera quemada y hasta clavos retorcidos. En esa explanada vertían las cenizas de los hornos, y parece ser que usaron como combustible cualquier tipo de madera.

Nos dirigimos hacia los hornos.






 Encontramos dos hornos con planta de herradura y paredes de ladrillo.




Recorrimos la excavación, menos profunda que la anterior.



Fue interesante ver esta entrada a una galería. Por desgracia estaba tapada, pero no esperábamos encontrarla.


La siguiente localización nos aclaró las dudas que teníamos sobre esa galería tapada, ya que estábamos ante una yesera con muchas (y grandes) galerías abiertas.


Un vistazo desde el exterior dejaba claro que con el tiempo las galerías se habían deteriorado, por lo que algunas estaban bloqueadas. También había una galería que nunca se llegó a abrir.




En el interior hay una red de túneles que comunican las diferentes entradas, y algunos ya no son accesibles. Como suele ocurrir, después de ser abandonado el lugar fue utilizado como refugio.





También vimos claramente el propósito de las galerías. En su momento se decidió que era mejor hacer túneles para llegar a la veta de aljez que excavar toda la ladera. La veta es el techo de los túneles.


La última localizacion es un conjunto de dos hornos con un almacén.Estos hornos no estaban junto a ninguna yesera.







El almacén tiene una bóveda de cañón apoyada directamente sobre el suelo.


Todas estas yeseras se abandonaron cuando dejaron de ser rentables. La producción de yeso se trasladó a grandes industrias mucho más mecanizadas, y el oficio de yesero ha desaparecido. Desde aquí queremos recordar ese fragmento de nuestra historia.