8 de noviembre de 2016

Polvorín de Hontoria de la Cantera

Para este reportaje rescatamos un lugar que visitamos hace mucho tiempo. En realidad se trata de una de las primeras localizaciones que visitamos, y desde entonces espera en nuestra "despensa". Se trata del polvorín de Hontoria de la Cantera.


El lugar ya era aprovechado hace ni más ni menos que mil años, aunque su uso no era militar. De las canteras de Hontoria salió la piedra utilizada para la construcción de la catedral de Burgos y otros monumentos de la ciudad.

Se siguió extrayendo piedra durante siglos, y su uso cambió durante la Guerra Civil, cuando el bando nacional decidió aprovechar las galerías excavadas como almacenes de munición y explosivos. Con el fin de la contienda se amplió el complejo militar alrededor de las galerías, al parecer usando presos represaliados como mano de obra. En los momentos de mayor ocupación albergaba unos 50 militares de forma estable.

En 1994 se cerró la base, después de haber almacenado material que fue utilizado en la I Guerra del Golfo en 1991. Finalmente en 2004 se eliminó la zona de seguridad, pero en ese momento las instalaciones ya estaban muy deterioradas, y de hecho en la actualidad están en ruinas.

Nuestra exploración comenzó en la entrada a las instalaciones, donde encontramos los símbolos del cuerpo de artillería.




Después entramos en la zona de las dependencias. Había viviendas, cantina, barracones... Pero poco podíamos distinguir dado el mal estado de lo que quedaba.





Después de explorar esa zona nos dirigimos a la parte más importante: las galerías.

La cantera original se amplió y se añadieron los talleres, y en total hay unos 500 metros de galerías. Desde la misma entrada impresiona el tamaño del polvorín.





 En el interior las zonas de los talleres todavía se pueden apreciar con claridad, e incluso encontramos restos de las cajas en las que se guardaban los obuses.





Con eso finalizamos nuestro recorrido por el polvorín. Fue una de nuestras primeras exploraciones, y aunque muchas cosas han cambiado, seguimos sintiendo la misma emoción cada vez que entramos en un lugar con historia.

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